La mayoría de los jabones se hacen con sebos de grasa animal, ya que tienen una mayor duración y su precio es muy accesible. Sin embargo, presentan la desventaja de secar la piel y en ocasiones producir irritaciones y molestias.
Para que no se produzcan estos inconvenientes lo importante es que el jabón no sea muy alcalino, ni muy desengrasante, ni demasiado aromatizado, o que tenga agregados para reducir la sequedad de la piel.
Y debemos tener en cuenta que hay ciertas creencias sobre los jabones que hay que desmitificar, pues son más bien impuestas por la moda que un requerimiento higiénico:
- Que un jabón sea más espumoso no quiere decir que sea más efectivo.
- No se necesita utilizar un jabón especial para el cuidado íntimo, aunque es preferible utilizar jabones neutros de calidad para estas zonas tan sensibles
Aromas del sur